viernes, mayo 16, 2008

Miguel

Le toca el turno al benjamín de la casa. Mi marido tiene 5 hermanos y yo 3, ambos hemos crecido en familias numerosas, y cuando éramos novios decíamos que el número ideal era 3 niños. Tuvimos a Laura y ese pequeño torbellino nos superó, yo dije que no quería más. Unas navidades, cuando la peque tenía un añito, la dejamos con mis padres y nos fuimos 4 días para desconectar y vino Miguel de sorpresa. Ahora me alegro.

Miguel es el pequeño de la casa y siempre ha sido muy tranquilito (menos mal). Tuve un parto perfecto, sólo me dieron dos puntitos de episiotomía, lo tuve un viernes y el lunes ya estaba comprando en el super. No daba ninguna lata, había veces que tenía que despertarlo para darle de comer, dormía muy bien (no toda la noche) y comía fenomenal. Siempre ha sentido adoración por su hermana; cuando era un bebe la buscaba con la mirada y ahora la persigue como un perrito faldero por toda la casa y hace exactamente lo mismo que ella. Es muy gracioso porque si Laura toca una pared, va él y la toca también y cuando cenan uno en frente del otro, Miguel parece un espejo de Laura, ella pincha con el tenedor, él también, ella bebe, él también, ella se limpia, él lo mismo.

Es un niño que siempre está sonriendo, es muy alegre, lo malo es que está entrando en "los terribles 2 años". Últimamente está irreconocible porque no hace más que tener rabietas cuando nunca las ha tenido. No quiere comer y eso que desde que cumplió el año come ya solo (con lo sólido muy bien, pero imaginaos como se pone cuando se toma un yogur, un puré o una sopa).

Cuando era pequeño dormía con nosotros y cuando llegó la época de cambiarlo a su propia habitación nos pilló la mudanza a Madrid y tenía que dormir con nosotros en casa de mi suegra, así que hasta que cumplió el año no durmió solo. Nos costó que se acostumbrase, pero ahora por lo general duerme bien, aunque poco para mi gusto (se despierta a las 6 y media 7 todos los días). Esta es la foto de su habitación, que es provisional porque le tenemos que pasar ya de la cuna a la cama. El otro día le pillamos con el pie ya fuera de la cuna, aunque de momento no ha saltado.



Eso de que las chicas espabilan antes que los chicos en mi caso es verdad. Comparo a Laura con Miguel y veo vídeos de cuando la nena tenía la edad de él ahora y ella estaba más adelantada. Subía y bajaba escaleras, a Miguel le tenemos puesta una valla en la escalera porque no sabe bajar. Y además su hermanita hablaba mas palabras y él es monotema, como digo yo. Tiene una palabra que usa para todo: Tata. Puede significar: galleta, Laura, patata, pelota, abuela, Victoria (su prima), y muchas cosas más que ahora no recuerdo. Vamos que es su palabra comodín. Luego dice las típicas: mama, papa, agua, ahí, no, guau (perro o cualquier otro animal), Ana (otra prima), Eli (esta es nueva, es el elefante de pocoyo), Po (winnie the Pooh), etc.

Igual que con Laura, me podría estar horas hablando de él, pero creo que con lo que he puesto os hacéis una idea de cómo es. La semana que viene tengo a mis dos mejores amigas en casa así que no podré actualizar mucho. espero que perdonéis mi ausencia.

Muchos besos ( ya no digo a todas porque me consta que tengo varios lectores masculinos, aunque Jesús y el maridillo son los únicos que me dejan comentarios)

lunes, mayo 05, 2008

Laura

Cuando estás embarazada y te dicen que es niña, empiezas a dejar volar la imaginación: me imaginaba una hija tranquilita, con el pelito liso y lacitos, delgadita, siempre sonriendo, obediente, ordenada y muy educada. En mi caso, la maternidad me superó porque la realidad no tiene nada que ver con las ideas que tienes. La niña nos salió inquieta, con genio y cabezota y esas son tres cualidades que hacen casi imposible la tarea de educar. Al principio te frustras, lo pasas fatal, intentas cambiarla para que se parezca al modelo que tenías en mente, pero eso es imposible porque cada niño es como es. Más tarde entras en el periodo de resignación y aceptación: es tu hija y la quieres más que nada en el mundo. A partir de que pasas esa fase puedes empezar a disfrutar con ellas, porque intentas conocerla y muchísimas veces te sorprende (esta es la etapa en la que me encuentro).

Laura es una niña que no para hasta que se duerme. Antes se movía mucho, pero desde que aprendió a hablar no calla ni debajo del agua, jeje. Es muy cariñosa, siempre está dando besitos y abrazos a todo el mundo. Es muy inteligente, lo pilla todo a la primera, (aunque luego ella decida si hace caso o no). Cuando tenía 18 meses descubrimos que le gustaba hacer puzles y le comprábamos los de tres años, era el único ratito en el que estaba entretenida. Ahora con tres años hace los de 7 u 8, de 100 piezas, le encanta y está un buen rato distraída.

Parece mayor porque está muy espabilada, tanto en el lenguaje como en el movimiento. Siempre se va con niñas más grandes, de 4, 5 y 6 años y no se nota demasiado la diferencia de edad. Le gusta ir al colegio, se lo pasa muy bien con sus amigos y saca muy buenas notas (ahora es fácil, jeje) No le gusta dibujar y no le pone demasiado interés; cuando tiene que colorear siempre se sale porque no es muy cuidadosa. Se le dan bien los deportes y hace natación y ballet (a ver si me la refinan un poco).

Come bien aunque últimamente es reacia a probar cosas nuevas, y aunque no es una niña gorda, si que tiene muslitos y tripa. (Desde luego es de las que rellena los pantalones) Duerme bien y desde hace unos meses se despierta un poquito más tarde, incluso ha habido días que la he tenido que despertar para ir al cole (cosa impensable hace un año). Aún sigue usando pañales para dormir porque por la noche todavía no controla bien el pis. Y se muerde las uñas como yo (no se como quitarle esa costumbre si ni si quiera yo soy capaz de dejar de hacerlo).

Siempre me dijeron que después de los terribles dos(rabietas continuas, pegar, morder, no compartir...), venía la edad de oro (a los 3 o 4 años) y yo nunca me lo creí. Tengo que reconocer que es cierto, la niña está mucho más tranquila, ha aprendido a controlar el genio, ya no pega, no tiene casi rabietas, es más obediente y además empieza a tener un punto cursi que me hace mucha gracia. Yo nunca he sido presumida y Laura está todo el día con que se quiere pintar los labios, se pone mis tacones y todo lo que le compre tiene que ser rosa con purpurina. La muestra más representativa de lo que le gusta es esta foto, su habitación. Ella está encantada y a mi que me cansa el rosa me ha dejado elegir la alfombra azul, la papelera y las estrellitas azules de las sillas.



Podría estar horas escribiendo sobre ella, pero creo que con lo que he dicho os hacéis una idea de cómo es. El siguiente post se lo dedicaré a Miguelito.

Pd: las vacaciones mucho más divertidas de lo que esperaba. Con ayuda de mis cuñados y de las 2 niñas (mis sobris). Hemos estado casi todo el tiempo disfrutando del campo al aire libre, los niños se han portado bien y nos ha hecho sol, pero no mucho calor. Lo mejor de todo, desconectar, cambiar de aires y poco atasco de vuelta. Solo tengo 3 fotos de todo el puente y no están demasiado bien. Lo de la cámara no es lo mío.

Muchos besos