Llegó el verano

Este año ha tardado, pero por fin llegó el calor. Han pasado muchas cosas desde la última vez que conté algo. Tuvimos la función de natación de Laura, la del cole, la de ballet (que no fue al final pero eso es otra historia), el cocktel del último día de curso con las notas (muy buenas por cierto), las vacaciones de Málaga, la comunión de mi sobrina, el partido de España de fútbol (somos campeones de la eurocopa), la temporada de piscina en casa de la vecina, y Laura que lleva todo el fin de semana con fiebres altas y no sabemos que tiene. Ahora entendéis por que no he escrito, verdad? No se puede tener tanta vida social.

Las vacaciones estuvieron muy bien. El hotel tenía guardería, pero sólo un par de horitas al día. Miguel no consintió en quedarse, pero Laura si. Así que dejábamos a la enana en la guarde y nos íbamos por ahí con el enano. Las actividades para niños de 5 años eran más divertidas: pintaban camisetas, hacían fiestas con los picapiedras, ensayaron para hacer la función de peter pan en el show de la noche, les pintaban la cara, etc... Laura se quería apuntar a todo , pero era muy pequeña (no ha cumplido los 4 todavía). Los monitores del hotel se conocían todos su nombre y en el show de la noche siempre la sacaban a bailar al escenario. El último día me preguntaron que por qué no la apuntaba a las actividades y cuando les dije que no tenía la edad me contestaron que no importaba porque se veía que la niña estaba muy espabilada. (si lo llego a saber antes...). Laura decía que por qué teníamos que irnos, que se quería quedar a vivir allí para siempre.

Miguel en cambio fue otro tema. Al principio no quería ni meterse en la piscina. El primer día ni se mojó los pies. Paco quería obligarle, pero yo le dije que le dejara a su ritmo, que tarde o temprano se metería en el agua. El segundo día se sentaba conmigo en el borde de la pisci de niños (había dos, una que les llegaba por la cintura y otra que les llegaba por lo tobillos), le compramos unos manguitos de pocoyó y no se los quería quitar. Esa tarde ya se metía en el agua agarrado a nosotros y los siguientes días había que agarrarlo porque se tiraba a la piscina grande. Eso sí, el pobre tragó toda el agua del mundo. La playa tampoco le gustó mucho porque hacía aire y le picaba la arena en las piernas, también había muchas olas y no se pudo bañar.

Con el tema de las comidas, el bufet no estaba mal. Laura comió de todo, pero Miguel estuvo casi toda la semana a base de patatas fritas, frutas y yogures. Yo estaba un poco agobiada planeando que les iba a dar para que comiesen de todo y más o menos sano, pero todo el mundo me dijo que no me complicase, que era una semana y como los niños comen de todo normalmente, me relajase y les dejase un poco a su aire.

En general se portaron bien, no se levantaron muy temprano (8 y media) y estuvimos muy bien todos. Nos vino bien ir de vacaciones los 4 solitos y cambiar de aires. Las siguientes vacaciones, en agosto, ya las pasaremos masivamente en familia, con tíos, primos y abuelos.

Como decía en los coments del post anterior, en el reader tengo pendiente de leer 163 post nuevos de vuestros blogs y he decidido para no agobiarme mucho que lo voy a poner a cero y empezaré a leer los nuevos que escribáis a partir de ahora.

Muchos besitos a todos. Os dejo unas fotos de las vacaciones del hotel.